Cuando queremos: lo que queremos es que el otro también quiera. Nos esforzamos, nos arriesgamos para lograr que el otro también quiera. Ese es el verdadero deseo. Y el deseo es incompleto si es sólo de uno, necesitamos de otro, necesitamos querer lo mismo. Uno puede querer que el otro quiera, pero no puede obligarlo a querer. Por más que uno quiera y quiera que el otro quiera, las cosas serán cuando deban ser. Hay que aceptar, aunque duela, que siempre será lo que tenga que ser.